NUEVA YORK.- La madre dominicana Aleida Hidalgo, cuya hija Arileida Jiménez de 45 años de edad, fue asesinada a balazos presuntamente por el afroamericano Sam Cross cuando ella estaba repartiendo volantes frente a un restaurante en El Bronx, pide la pronta captura del sospechoso.
Semanas después del homicidio en el que también fueron ultimados dos hombres, los investigadores ubicaron a Cross y divulgaron su fotografía, ofreciendo una recompensa de $10 mil dólares por información para capturarlo, pero hasta el momento, el fugitivo no ha sido detenido.
La señora Hidalgo, dijo que no es posible que a tres meses del asesinato de su hija y los dos hombres, Cross siga en libertad quejándose de que los detectives a cargo del caso, no la han visitado, no la han llamado ni la han citado al cuartel para informarle sobre la marcha de las investigaciones.
“La policía no ha hecho nada. No sabemos en qué está el caso,estoy desesperada, quiero saber algo y lo que quiero es justicia”, sostiene la madre.
Originalmente, la policía explicó que la dominicana asesinada, no era el objetivo de Cross, sino los dos hombres a los que mató, y que al parecer los crímenes están relacionados con una rivalidad entre pandilleros.
Los investigadores informaron que el 21 de junio del presente año, frente a un centro comercial de la avenida Castle Hill, Arileida estaba distribuyendo volantes de una compañía “JD Ambulette Services” que ofrece transporte a discapacitados y fue víctima de una de las balas disparadas por el sospechoso.
Los dos muertos fueron identificados como los afroamericanos Mustafa Tarver y Christopher Alleyne, ambos de 33 años y quienes fueron impactados con tiros en las cabezas.
Cross de 51 años de edad, quien abordaba un vehículo, del cual se desmontó raudo y pistola en mano para matar a las tres víctimas, escapó de la escena del triple homicidio, corriendo por una de las calles aledañas a la avenida Castle Hill.
Las autoridades indicaron que Cross es buscado por cargos de tres asesinatos, dos en primer grado y uno en segundo grado y posesión de un arma disparada con propósitos criminales.