Por; Ruddy Aquino.
A raíz de la reprobación masiva de profesionales de la educación en el concurso de oposición docente se ha generado una gran controversia que pone en duda los procedimientos y equipos utilizados para tales fines. Esta polémica se genera porque las pruebas de razonamiento lógico y de conocimiento general no permitieron que los profesionales convocados puedan avanzar a la siguiente etapa que sería la prueba de contenidos y la entrevista.
Analizando este tipo de conocimiento podemos ver que Piaget, (1967) en su teoría del desarrollo cognitivo, asegura que el razonamiento lógico se desarrolla en la etapa de operaciones formales a partir de 12 años cuando las personas ponen en práctica el pensamiento deductivo o inductivo a través de la lógica. Las pruebas que se filtraron del concurso actual muestran un nivel mínimo de razonamiento lógico que se puede situar en los niveles uno, dos y tres (recordar, comprender y aplicar) de los seis niveles de dominio del aprendizaje planteados por Blom (1954) en su taxonomía de los objetivos educacionales.
En el actual concurso de oposición, la mayoría admite que no sabía las repuestas al afirmar que no le salió lo que estudió, sin embargo se trata de habilidades y competencias que debieron ser adquiridas durante la formación primaria y secundaria, que es donde se adquiere y afianza el pensamiento abstracto y la capacidad para resolver problemas hipotéticos.
Hay que reconocer que como país, en materia de educación estamos mal en muchos sentidos y que las instituciones de formación profesional no son perfectas en los niveles de exigencia para otorgar un título y graduar masivamente a quienes logren completar el plan de estudios. No es menos cierto que la educación primaria y secundaria debe priorizar este tipo de aprendizaje en los estudiantes como forma de adaptar la enseñanza a las necesidades cognitivas. Pero como adultos también tenemos la responsabilidad de autogestiónar los conocimientos, de alfabetizar nuestras vidas y de avanzar hacia el aprendizaje continuo y constante.
Propicia es la ocasión para reevaluar nuestro andar por el camino recorrido durante la formación profesional, verificar si el 95 que obtuvimos en una asignatura se corresponde con lo que realmente sabemos acerca de la misma, hacernos una autoevaluación y que sea la misma metacognición que nos diga si ya sabemos lo suficiente o debemos seguir aprendiendo cada día para actualizar los aprendizajes de antaño.
