Por: Wenzel Musset Lorenzo
En un hecho lamentable, Haiti llego a un punto de no retorno en su profunda crisis politica, el cruel asesinato del presidente Jovenel Moise en el qué su esposa resulto herida de gravedad, aparte de ser algo atroz, dejo un vacio de poder absoluto en Haiti debido a que los demás poderes cómo el parlamento, suprema corte y un primer ministro entrante y saliente, han creado una crisis mayor qué hace incierto el futuro de esa nación.
Haití está pasando por su momento más difícil, pero pensar en República Dominicana es lo primero, debemos asegurar que esa profunda crisis no afecte al gran pueblo dominicano y sobre todo a nuestros ciudadanos que están en la frontera y de seguro sienten temor con la situación.
Gangas, bandas y otros malhechores intentaran apoderarse o ser parte del poder en Haití, por lo que República Dominicana debe reforzar sus fronteras con la construcción del muro prometido por el presidente Luis Abinader en su discurso de rendición de cuentas el 27 de febrero, así mismo seguir el curso de asuntos viejos cómo el tema del río Masacre y el excesivo flujo migratorio ilegal de haitianos y parturientas que representan un gasto para República Dominicana.
Una policía fronteriza mejor equipada y unas políticas migratorias más fuertes van a ser vitales para resguardar a Quisqueya de una situación tan difícil en la política fronteriza y mundial.
Se debe brindar ayuda desde la distancia, es decir, mandar ayuda economica e investigatiba al pueblo haitiano en colaboracion con las grandes potencias y para esclarecer ese episodio tan oscuro y triste del asesinato del presidente Moisé.
Dios guarde ambas naciones y les de luz en estos momentos de oscuridad, ambos países necesitan oración, líderes y una población fuerte para salir de tantos problemas, a los valientes patriotas y nacionalistas que exijan constantemente al gobierno protección para el país y sobre todo en zonas fronterizas
