Por: Enrique Aquino Acosta.
El nivel de contagio y propagación del Corona Virus es alto y ha dado lugar a la hospitalización y muerte de millones de personas en todo el mundo. En la República Dominicana han resultado infectadas 301,984 personas por este virus, de las cuales 246,216 se han recuperado y 3,655 han muerto durante los 447 días que llevamos de cuarentena.
Las personas infectadas han asistido a los hospitales públicos y a las clínicas privadas en busca de atención médica. Sin embargo, muchas de ellas no han sido atendidas, por falta de médicos, enfermeras y equipos.
La situación hace que las familias vivan experiencias tristes y dolorosas, cuando un ser querido muere en los pasillos de un centro de salud o en su casa, por falta de una cama disponible.
Desde luego, el Presidente de la República, el Gabinete de salud, las autoridades sanitarias y otros organismos hacen los esfuerzos necesarios para que toda la población del país se vacune.
Sin embargo, personas carentes de sensibilidad social ponen a circular rumores y noticias falsos, a través de las redes sociales, para que la población no se vacune contra la Covid-19. Tal es el caso del supuesto plan que estarían ejecutando las súper potencias para eliminar la mitad de la población mundial.
Asimismo, acusan a la República Popular China de haber fabricado y propagado por el mundo el virus que produce la Covid 19, mientras otros atribuyen su aparición, contagio y muertes a Satanás, afirmando que es una enfermedad indetenible e incurable.
A tales rumores se ha sumado el bombardeo que lanzan algunos sectores sociales contra la campaña de vacunación masiva que ejecuta el Gobierno dominicano y el desinterés de las personas.
Sin embargo, nada de eso ocurre sin que Dios lo permita. La Biblia da cuenta de las plagas y enfermedades malignas que sufrieron los israelitas, a pesar de que eran el pueblo que Dios había elegido para que le sirviera y lo mismo ocurrió con Faraón y el pueblo egipcio.
¿Cuáles fueron las causas de aquellos castigos? Dios castigó a los israelitas por las siguientes razones: eran orgullosos, se negaban a oír sus instrucciones y no ponían en práctica sus mandamientos y a Faraón y al pueblo egipcio, porque se negaron a reconocer que ÉL es el único Dios que gobierna los cielos y la tierra con todo poder.
Por eso, el estado de incertidumbre que vive el mundo por causa del Corona Virus y otros males, podrían estar relacionados con la oposición, rebeldía y desobediencia a las normas de Dios. También porque se desobedecen la Constitución, las leyes y las autoridades designadas para hacerlas cumplir.
De ahí que, muchas personas quieran vivir como chivos sin ley y promuevan “derechos”, como la ideología o preferencia de género, sin darse cuenta que esa y otras pretensiones provocan la ira de Dios y pueden acarrear la muerte en dos sentidos, si no se arrepienten de sus pecados (Romanos 6:23)
Sin embargo, es posible liberarse de la naturaleza pecaminosa que heredamos de nuestros primeros progenitores, Adam y Eva y de la esclavitud que representa el pecado, por medio de nuestro segundo Adam, que es Jesucristo y disfrutar los privilegios que hubo al principio de la creación (Romanos 5:8-14; 1 Timoteo 2:5)
La persona que se arrepiente tiene a Dios como refugio, amparo y fortaleza, ante cualquier aflicción. Por eso, debe pedir a Dios con fe para que le enseñe y de a conocer bendiciones importantes como sus promesas de compañía, amparo, ayuda, cuidado, sanidad y vida eterna.
El arrepentimiento de nuestros pecados evita que nuestro corazón se turbe y sienta miedo ante cualquier enfermedad, problema, fracaso o decepción. Además, Dios da fuerza, ánimo, valor y esperanza, antes de sanar o liberar. Confiemos en todo eso.
Por eso, no vale la pena escuchar o leer rumores y noticias falsas de las que circulan a través de las redes sociales. Producen miedo, desaliento y confusión. En lugar de ello, debemos leer la Biblia, que es Palabra de Dios inspirada por su Santo Espíritu y utilizar sus enseñanzas para alentar nuestro corazón y para hablar, instruir, aconsejar y enseñar a otras personas.
También necesitamos orar a Dios pidiendo más sabiduría, inteligencia y recursos económicos para que el Presidente de la República, Luis Abinader y las autoridades de salud pública continúen su valiente lucha a favor de la salud del pueblo dominicano.
Por cierto, eso me motivó a que me pusieron dos vacunas Sinovac de fabricación China y no sentí miedo ni tuve problemas de ningún tipo. Lo hice para proteger mi salud, a mi familia, a mis amigos y a otras personas.
¿Por qué no sentí miedo ni antes ni después de que me pusieran las vacunas? No sentí miedo, porque Dios me ha dado espíritu de poder, de amor y de dominio propio para enfrentar cualquier dificultad.
Por tanto, si usted no ha sido vacunado todavía, le sugiero que se vacune para que proteja su salud y la de otras personas.