El tránsito vehicular, que ya es caótico en su condición habitual, se transformó en un absoluto desorden y anarquía. El nudo o taponamiento de varias agotadoras horas paralizó la ciudad y la confusión se extendió más allá de las principales avenidas y calles, ya que vías secundarias también se vieron seriamente afectadas debido a que los conductores, desesperados intentaron usarlas como vías alternas en intención, a veces sin éxito, de liberarse del atasco.
SANTO DOMINGO, República Dominicana: – El caos y pandemonio se apoderaron este jueves del Gran Santo Domingo (Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo), como consecuencia de prolongados y copiosos aguaceros que en horas de la tarde y todavía en la noche caían sobre gran parte del territorio nacional.
El tránsito vehicular, que ya es caótico en su condición habitual, se transformó en un absoluto desorden y anarquía. El nudo o taponamiento de varias agotadoras horas paralizó la ciudad y la confusión se extendió más allá de las principales avenidas y calles, ya que vías secundarias también se vieron seriamente afectadas debido a que los conductores, desesperados intentaron usarlas como vías alternas en intención, a veces sin éxito, de liberarse del atasco.
La situación se vio mucho más complicada en el casco urbano de la capital, así como en la parte céntrica del municipio más grande del país (Santo Domingo Este) y sus respectivas áreas adyacentes.
En algunos casos las colas de vehículos taponados medían kilómetros, mientras que la falta de avance del tráfico desesperaba y frustraba cientos de conductores, que expresaban sus molestas con el incesante toque de bocina.
La multiplicidad de charcos de agua generados por las lluvias fue una de las causas principales del caos, pero la situación se empeoró con la imprudencia e inconducta de muchos conductores que querían imponerse a la decencia y prudencia de otros.
También, la ausencia en las calles de agentes de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (DIGESETT), agravó enormemente el desorden debido a que en un momento crucial nadie dirigía el tránsito.
La irritante y agobiante situación vivida en el Gran Santo Domingo se replicó en otras grandes ciudades, como Santiago de los Caballeros, La Vega, San Francisco de Macorís, Moca, Puerto Plata, Barahona, San Juan y otras, según reportes de nuestros corresponsables.
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