Para evitar que familiares o personas desaprensivas abrieran el féretro, las autoridades epidemiológicas, representadas por los doctores Xiomara Acosta y Francisco Medrano González, estuvieron presentes en el sepelio en el cementerio municipal.
Algunas personas habían vociferado que abrieran el ataúd para ver el cadáver, lo que obligó a que el área fuera vigilada por miembros del Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza Terrestre (CESFRONT) y la Policía local.
El deceso del menor se produjo la noche del pasado viernes en el hospital Robert Reid Cabral, después que los especialistas trataran el caso bajo el protocolo establecido, según señalaron.
A pesar de las dudas que tienen los abuelos y familiares de que el menor muriera producto de una rabia, todo transcurrió normal, aunque algunos fueron vistos apersonarse a la ambulancia que transportó el cadáver hasta Pedernales.
Fuente: listindiario.com
