Masificar prótesis de bajo costo elaboradas con impresoras 3D

Un proyecto del Parque Cibernético Santo Domingo utiliza como materia prima plástico obtenido del maíz

El ingeniero Rafael Vargas es parte de un equipo que se ha planteado una meta ambiciosa: dotar de prótesis hechas con escáneres e impresión 3D a personas que hayan perdido alguna extremidad de su cuerpo, y a muy bajo precio.

La materia prima es ácido poliláctico o PLA, un plástico orgánico hecho a partir de recursos como el maíz, considerado amigable con el medioambiente. Como el gasto en la producción no es elevado, con este material una prótesis de extremidad superior cuesta hasta 40 veces menos que una convencional, aunque su vida útil es de menos tiempo.

Estas prótesis de plástico permiten al usuario una movilidad particular. Una vez diseñadas en una computadora y elaboradas las partes, usando una impresora 3D, se ensamblan y se le colocan cables que permiten que el usuario, en el caso de una prótesis de mano, pueda hacer ligeros movimientos. De no tener masa muscular viva, la pieza se programa mediante la conexión de cables y la prótesis funciona con estimulación electrónica.

“Si (el paciente) le da el tratamiento que uno le dice, pues se le explica su uso y todo, puede durarle mucho tiempo”, asegura Vargas.

Pacientes muestran las prótesis de manos hechas como parte del proyecto.
Pacientes muestran las prótesis de manos hechas como parte del proyecto. ( )

A partir de que fuera aceptado el proyecto, llamado Protoprint 3D, para ser financiado con US$100,000 por los gobiernos dominicano y coreano, un equipo del Instituto Tecnológico de las Américas (ITLA) y del Parque Cibernético Santo Domingo (PCSD) trabaja desde agosto pasado con el objetivo de masificar estos equipos en las poblaciones con menos poder adquisitivo.

El proyecto está pautado para desarrollarse en 14 meses, y con el desarrollo, fabricación y comercio de prótesis, ortesis y férulas, a través de la tecnología de escáneres e impresión 3D, procuran no solo abastecer al mercado de la República Dominicana, sino llevar estos insumos de bajo costo a Centroamérica, las Antillas y Sudamérica.

Vargas informa que el equipo ya trabaja con el Hospital José María Cabral y Báez de Santiago y la Asociación Dominicana de Rehabilitación, donde le han ofrecido las facilidades para desarrollar el proyecto con pacientes.

“En estos días vamos para allá (a Rehabilitación) a hacer escaneo de personas que les faltan sus manos. Nosotros tenemos escáneres manuales para hacer su escán en sitio”, dice el ingeniero. Esto facilita también que puedan ir a la casa de los pacientes que no pueden movilizarse.

Para hacer la prótesis a la medida, toman parámetros como a qué se dedica el paciente para delimitar el grado de resistencia que debe tener el aparato.

En el siguiente video, Vargas explica cómo se confeccionan:

La meta de nosotros es tener en diferentes centros del país (…), un centro para hacerles las prótesis a bajo costo a las personas y que las puedan adquirir a bajo costo, ya sea con su seguro médico o que un donante se las dé.

Rafael Vargas Investigador asociado del proyecto Protoprint 3D

Según calcula Vargas, una prótesis de extremidad superior para un niño pequeño, hecha con PLA, puede costar hasta US$75, y una de adulto hasta US$200, en cambio la convencional, hecha de metal y otros materiales, alcanza hasta los US$5,000 en el mercado.

Mediante terceros que normalmente han costeado las prótesis a los beneficiarios, el equipo ya ha podido hacer entre 10 y 15 a la medida para igual número de pacientes que perdieron una mano, antebrazo y mano, y otros miembros.

“Le pusimos una prótesis de extremidad inferior a una niña de Nagua que se la llevó un carro, le pasó por encima a su pierna (…). Ya brinca, salta, baila…”, recuerda Vargas.

Cuando le colocan la prótesis, la evidencia más notoria del efecto positivo en el paciente es cómo cambian sus rostros. “Cambia de una persona que tiene una mirada baja, triste, a una persona que sonríe, que ve otra oportunidad en la vida”, comenta el especialista.

El ingeniero Rafael Vargas, junto a una de las impresoras 3D que utilizan en el Parque Cibernético.
El ingeniero Rafael Vargas, junto a una de las impresoras 3D que utilizan en el Parque Cibernético. ( )

Vargas es ingeniero en automatización y electrónica. Además, es director de operaciones del Parque Cibernético Santo Domingo. Hace unos años, se motivó a enseñar robótica en el sistema educativo local y ahora busca facilitar la inclusión de las personas con discapacidad como investigador asociado del proyecto.

“La meta de nosotros es tener en diferentes centros del país (…) un centro para hacerles las prótesis a bajo costo a las personas y que las puedan adquirir a bajo costo, ya sea con su seguro médico o que un donante se las dé”, dice.

Para lograr esa meta, prevén capacitar entre 100 y 150 personas en la confección y uso de las impresoras 3D, y que estas sean replicadoras para preparar a otros.

“Aquí en el país hay médicos que ya están trabajando, hay médicos ortopedistas en Moca que saben hacerlo. De hecho, estamos trabajando con niños con pie equinovaro (torcido) porque hay que hacerles unas férulas especiales”, explica el ingeniero.

Proyecto: Protoprint 3D
  • Investigador Principal: Edwin Rodríguez
  • Institución: ITLA
  • Empresa: Parque Cibernético Santo Domingo
  • Duración: 14 meses
  • Aporte MESCYT-KOICA: US$100,000

FUENTE:diariolibre

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