El mensaje es clave para entender la comunicación política, así como todos los actores en la comunicación.
Aristóteles asentó las bases, hallando las categorías básicas del discurso (emisor, receptor y mensaje). Igualmente, Jakobson refleja la importancia de las funciones del lenguaje.
Por tanto, el poder del lenguaje se establece como creador de realidad. En efecto, el lenguaje como generador de realidades semánticas, que se convierten en realidades a la vera de la realidad, permite pasar a otra de las ideas fundamentales de la comunicación política: la de las relaciones entre la estructura del lenguaje y la estructura de la realidad. La diferencia entre información y comunicación es clave para entender el discurso; vinculada a estos conceptos se encuentra la propia definición de comunicación política. La complejidad de la comunicación, por su parte, queda reflejada en las tres dimensiones de la comunicación: pragmática, simbólica y estructural, absolutamente vinculadas en el análisis político.
Retórica
El estudio de la retórica a través de sus autores, como Cicerón, Aristóteles y Perelman, nos ayuda entender la tradición retórica y cómo esta ha evolucionado a lo largo de los años. El discurso político es estudiado en las cambiantes democracias mediáticas, en rápida evolución. Dado que las democracias mediáticas son democracias de marketing político, se describe el marketing político, con referencia a la relevancia de la marca y a la función mágica de la comunicación política.
Campaña permanente
La puesta en marcha de una campaña permanente permite al actor político planificar y, sobre todo, marcar la agenda política sin esperar a que agentes externos, bien sean medios de comunicación o sus rivales políticos, lo hagan por él. El concepto de campaña permanente parte de una premisa: las elecciones comienzan al día siguiente de la última votación.
Cultura política
La cultura política, íntimamente vinculada a la comunicación política, se asocia a las orientaciones psicológicas desde las que los ciudadanos se relacionan con los políticos y con la comunicación política: cognitiva, afectiva y evaluativa, siendo precisamente la orientación predominante la variable discriminante de la cultura política de una persona o de un grupo social. Igualmente, los juegos del lenguaje del discurso político forman parte de la antedicha teoría lúdica de la comunicación política, y se refieren a las grandes matrices de argumentación que irrumpen en todas las campañas electorales, modificándolas.
El gobierno abierto
El gobierno abierto se fundamenta como el futuro de la política, hacia donde todos los gobiernos deben tender. El camino requiere de cambios tantos estructurales como coyunturales de gran profundidad, así como restaurar la activa participación del ciudadano en la vida política y en el proceso de decisiones.
Las siguientes generaciones deben tender hacia políticas de gobierno abierto y en transparencia; de apertura de datos y acceso a la información como un camino en sí mismo.
Gobiernos abiertos ya no porque quieren blindarse de la percepción de corrupción que los rodea. Gobiernos más participativos, más abiertos, con procesos de escucha y de respuesta a sus ciudadanos son la clave para la mejora en el campo de la política.
Por; Federico Roa.
Licenciado en Publicidad y Comunicación Política.
