Regina Torres, abuela del minero dominicano y quien se ha encargado de su crianza desde que tenía ocho meses, explica que, desde que se enteró del derrumbe vivió una "angustia terrible", sin embargo, nunca perdió la fuerza ni las esperanzas, gracias a la fe que tiene en Dios. "Yo estaba destruida, se me cayeron todos los ánimos y no tenía deseos de nada", indicó.
República Dominicana: En una casa modesta debajo de unos árboles de mango en la localidad Los Martínez de la provincia Monseñor Nouel, una señora cuenta las vicisitudes que pasó al enterarse del accidente ocurrido en la mina Cerro de Maimón, donde el minero dominicano Gregory Alexander Méndez Torres quedó atrapado junto al colombiano Carlos Yépez.
Regina Torres, abuela del minero dominicano y quien se ha encargado de su crianza desde que tenía ocho meses, explica que, desde que se enteró del derrumbe vivió una "angustia terrible", sin embargo, nunca perdió la fuerza ni las esperanzas, gracias a la fe que tiene en Dios. "Yo estaba destruida, se me cayeron todos los ánimos y no tenía deseos de nada", indicó Torres a Diario Libre.
El joven de 27 años empezó a trabajar en la minería por su deseo de superación y para ayudar a su familia y decidió prepararse para poder obtener el trabajo de minero en la Mina Cerro de Maimón por ser una de las actividades socioeconómicas principales de la provincia Monseñor Nouel.
Gregory es el menor de tres hermanos, quienes han decidido independizarse dejando atrás el ceno familiar. Su madre biológica tuvo que emigrar del país en busca de mejores oportunidades económicas, razón por la cual él y sus hermanos quedaron a cargo de su abuela.
"Este muchacho es bueno, trabajador y a pesar de que su madre ha regresado varias veces al país, y sus hermanos han decidido salirse de la casa, él siempre se ha quedado conmigo. Siempre me ha respetado y a todo el mundo. Disfruta mucho del río y estar con sus primos para arriba y para abajo", explica doña Regina.
Visiblemente emocionada, cuenta que se arrodilló y dio muchas gracias a Dios cuando se enteró que lo habían sacado sano y salvo de la mina.
Regina agradeció a todos los que pusieron esfuerzo y su empeño en rescatar a su nieto.
Según los primos de Gregory y demás familiares, es un joven tranquilo, servicial y que le gusta mucho disfrutar de una buena comida.
En la localidad Los Martínez esperan que Gregory regrese a casa pronto para que se coma un locrio de salami, pues fue lo primero que pidió al poner un pie fuera del túnel en el que quedó atrapado.
Los jóvenes fueron enviados en un helicóptero hacia el Hospital Militar Ramón de Lara, donde están recibiendo atenciones médicas.
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