SANTO DOMINGO.– El rumbo internacional del Gobierno dominicano es nítido, se despliega cada vez más y apunta a Estados Unidos como su gran aliado estratégico. Esa política exterior perjudica, sin embargo, a la China Popular. Ambas potencias se disputan el predominio del país caribeño, convertido en un escenario de intereses geoestratégicos.
Abinader estableció que China no puede invertir en las áreas estratégicas de la nación (aeropuertos, puertos y telecomunicaciones). El Gobierno ya había rechazado un contrato con la telefónica china Huawei, y la Cancillería ha suspendido dos veces la firma de un entendimiento con China.
Por tanto, no sorprende que ambos gobiernos acordaran implementar y desarrollar la tecnología 5G en el país. Estados Unidos la ofrece “limpia” y evita las ofertas de Chinas, que son de “alto riesgo”.
La alianza con Estados Unidos se estrecha aún más con el acuerdo, afianzando los lazos bilaterales, y podría conducir a otras avenencias, en materia de puertos y aeropuertos. Se destaca el puerto de Manzanillo, un objetivo de los chinos que ahora podría serlo de los estadounidenses.
El país está atado a Washington y no hay margen para China.-
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