GINEBRA.– La cancelación de clases en alrededor de un centenar de países por la pandemia de COVID-19, que afecta a 860 millones de niños, supone que 300 millones no pueden alimentarse en comedores escolares, y muchos de ellos en familias desfavorecidas dependen de esas comidas, alertó este viernes Naciones Unidas.
Elisabeth Byrs, portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, señaló hoy en rueda de prensa que la clausura de clases ha provocado la suspensión de programas de ayuda de la organización en una treintena de países, afectando directamente a unos nueve millones de niños, una cifra que irá en aumento.
Por otro lado, el organismo pide a los gobiernos que se vean obligados a lanzar programas de emergencia para responder al coronavirus que incluyan en ellos como población vulnerable a los escolares, subrayó Byrs.
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