SANTO DOMINGO, República Dominicana: – Es otro golpe rudo que recibe un ya sacudido y zarandeado Partido de la Liberación Dominicana (PLD), con el apresamiento por parte del Ministerio Público (MP), que ya lo había golpeado antes, de tres exministros del pasado Gobierno, incluyendo a quien en las elecciones pasadas fuera su candidato presidencial.
Este nuevo caso (el que denominan Calamar), extiende la lista de expedientes por presuntos actos de corrupción, algunos de los cuales agotan un buen tiempo en los tribunales del país, involucra otra vez, a gente muy del entorno político y de amistad del expresidente Danilo Medina, a quien la embestida judicial ya había tocado de cerca cuando tres de sus hermanos quedaron encartados en el caso Antipulso: Juan Alexis (principal acusado), Aracelis y Magalys Medina Sánchez.
Corriendo el 2023, un año preelectoral que resulta crucial para todos los actores políticos locales, el encarcelamiento de otro grupo de cercanos o leales al presidente Medina, dos de ellos miembros de la cúpula dirigencial del PLD (Comité Político), le suma otra incomodidad o revés a ese partido en el camino que debe transitar hacia los tres procesos electorales venideros: municipal, legislativo y presidencial.
Con el apresamiento de Gonzalo Castillo (excandidato presidencial), José Ramón Peralta, Donald Guerrero y Freddy Hidalgo Núñez (quien tiene prisión domiciliaria por el expediente Antipulpo), suman cuatro los exministros del pasado Gobierno tocados por la justicia, sin citar al exprocurador general de la República Jean Alain Rodríguez, quien en esa posición tenía categoría de ministro y también quien es procesado por faltas graves en el ejercicio de dichas funciones.
Este proceso en particular pone retos en más de una dirección, comenzando por el acusador, el Ministerio Público, que debe accionar a modo de no dejar traslucir vestigios de que se trataría de un caso con trasfondo político, por producirse a menos de un año de celebrarse el primero de tres importantes procesos electorales que deberán realizarse en el 2024.
En lo que toca al partido morado, entre otras estrategias posibles, le corresponde maniobrar y emplearse muy a fondo para que este nuevo expediente, que encarta a figuras muy claves del peledeismo, no amplíe los signos negativos que desde hace un tiempo le acarrea una hilera de procesos judiciales, devenidos después de una fuerte división que partió prácticamente en dos al PLD con la salida de esa entidad del expresidente Leonel Fernández.
Lo anterior no deja de ser un fardo que carga sobre sus hombros el inminente (solo falta oficializarlo) candidato presidencial del PLD, Abel Martínez, un proyecto que en estos casos encuentra serias dificultades y adversidades para avanzar electoralmente.
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