Por: Juan Terrero
Daniel García Archibald es el flamante director general de Información y Prensa de la Presidencia, un periodista de larga data, pero cuyo carácter acre no lo ayuda mucho para desempeñar un cargo que con su accionar podría llevar malentendidos y mala imagen a su Gobierno.
Hace unas noches veíamos a tres comunicadores en un programa televisivo quejarse amargamente del señor García Archibald, quien según denunciaron, el funcionario palaciego los tildó de “chantajistas”. Esos productores son Jenchy Suero, Santiago Cuesta Kury y el abogado Tomás Castro Monegro.
El incidente se originó tras los productores someter a las oficinas de Comunicaciones del Palacio Nacional una solicitud de publicidad de la que otorga el Gobierno, según dijeron. Lo que produjo una agria discusión y la palabra descompuesta del señor García Archibald.
Archibald está acostumbrado a insultar a las personas, y creer que está “por encima del bien y del mal”; y más ahora con un cargo tan alto en el Palacio Nacional, nos imaginamos que no cabe en el traje.
Pero el señor Archibald olvida la frase del doctor Joaquín Balaguer, quien decía: “cuatro añitos no son nada”, en su afán por volver por cuatro años más. Olvida, además, que cuando salga del cargo volverá a sus labores de periodista, si no logra una buena acumulación de dinero, fruto de la corrupción.
Daniel García Archibald debe entender que es un empleado público y como tal debe servir con humildad y decencia a todas las personas que se le acerquen.
Y recordar, por si en verdad lo ha olvidado, que un periodo presidencial es muy corto para creerse que puede llevarse al mundo por delante.
