Peña, Ramón y Roberts heredan basket de padres

Santo Domingo

Dagoberto Peña solo puede escuchar historias de lo “dura” que era su madre en la cancha de baloncesto. Ronald Ramón y Ronald Roberts tuvieron mejor suerte al ser testigos de cómo jugaban Ricardo y Ron (sus respectivos padres).

Y entre todos han puesto un tono familiar a la selección de baloncesto de la República Dominicana que el pasado mes de febrero logró su clasificación para la Copa del Mundo de China.

“Mi padre hace las historias de lo fuerte que era mi madre. Tenía buena muñeca y buen lance de tiro libre”, expresa Peña. Su madre, Cristina Montilla, fue cinco veces integrante de la selección nacional entre 1977 y 1986. Es doctora y como tal la recuerda Dagoberto dando asistencia a las jugadoras en el torneo superior distrital.

Madre orgullosa
Montilla se enorgullece de lo que su hijo ha hecho tanto dentro como fuera de la cancha. “Desde pequeño me lo decía e integró la selección juvenil en el 2005 y desde el 2016 ha respondido a su llamado. También verlo jugar en la Universidad de Marshall en West Virginia”, dijo.

Peña, un defensa y delantero de 6-6 de estatura, ha jugado en Colombia, Argentina, Venezuela, España y Lituania, pero también es graduado en administración de empresas y negocios internacionales.

“Es una bendición que mis padres me puedan ver representar al país. Una de mis “tías”, Teresa Durán fue de las que me enseñó a jugar”.

Ricardo de la NBA Ramón inspira Ronald
El que sí pudo ver jugar a su padre fue Ronald Ramón, el hijo de Ricardo Ramón, quien fue armador de la preselección y de San Lázaro entre finales de la década de 1980 y principios de la de 1990.

“Ronald es producto primero de una educación y segundo de una orientación con relación a que lo que adquieres se logra trabajando”, dice Ricardo, conocido en el mundo del baloncesto como “Cartón”.

Como un producto de la Universidad de Pittsburgh, Ronald ha paseado su talento por las ligas de Argentina, Uruguay, Venezuela, Brasil y Puerto Rico.

“El (su padre Ricardo) fue mi inspiración para jugar el deporte que hoy en día amo. Los recuerdos que tengo cuando él jugaba fueron el mayor impacto en mi carrera. Siempre soñé con poder jugar en un Palacio de los Deportes lleno”, agrega Ronald, quien también aporta que su madre era la encargada de llevarlo al club Mauricio Báez y a “coger sol al mediodía en el olímpico”. El control del balón es una característica similar entre los Ramón, aunque el hijo también es muy efectivo en la línea de libres y lances de tres.

Ambos fueron de los buenos
Con Roberts se da un caso especial y es que ambos padres fueron jugadores de baloncesto. Ron fue apodado como “El Barbero” por su accionar debajo de los tableros con Mauricio Báez y San Carlos entre 1989 y 1993. Dania Santos, otra hija del Mauricio, fue cinco veces integrante de la selección nacional entre 1985 y 1993.

“Estoy más que satisfecha de ver a mi hijo jugar con la selección, siguiéndome los pasos. Somos una familia de baloncesto. Siempre lo hemos apoyado, nunca dejamos de ir a un juego cuando estuvo en la universidad aunque hubiera que acostarse a las tres de la mañana para levantarse a trabajar a las seis”, declara Dania, una contable que reside hace más de 20 años en New York. Ronald es un atlético centro y delantero de poder de 6-8 de estatura.

FUENTE:listindiario.com

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