La inseguridad como tragedia (1 de 3)

Por: Javier Fuentes.

He pasado por procesos que pueden decirse que tienen alguna relación aunque no iguales.

Hubo un tiempo de ciertas dudas e incertidumbre en mi vida, pero aun la acompañaba con la lectura de la Biblia.

Ni los debates con aquellos de ideas marxistas me movió a dejar de saber que hay un Dios.

Sí reconozco que el mal y el sufrimiento siempre me intrigó. Y decía: por qué todo es para los pobres, en cuanto a los efectos naturales y enfermedades.

Hasta que me di cuenta que no era así. Y que estaba totalmente equivocado.

Ahora bien, aún con la convicción de creer en que había un Dios, en mi conciencia estaba la intriga, que una persona que había hecho tanta maldad después de muerto no quedaría impune y de alguna manera tenía que pagar todo ese mal.

La biblia lo dice: “No quedará impune el malvado” (Prov. 11:21), pero no tenía profundidad teológica, hoy la misma ciencia nos enseña que la muerte no es el fin, sino que existe otra dimensión, en donde hay otro inicio.

Igualmente la biblia lo plantea: “Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”. (Apoc.21:3-5)

Observando desde otra perspectiva religiosa. El hinduismo -una mezcolanza de creencias- entiende que si fuiste piadoso y llevaste una vida de amor con los demás, en un nuevo plano físico o espiritual habrá escalado un peldaño a la divinidad.

Pero en todas las creencias religiosas debemos saber; que de una forma u otra llegan a lo mismo; que después de la muerte hay otra cosa. De diferentes nacionalidades y distintas creencias algunas personas han narrado sus experiencias. Y de manera concluyente afirman que la forma de vivir determinará lo que seremos en ese último plano.

En lo personal he bordeado; la seguridad, luego el escepticismo, la lucha y la desesperación para volver a la seguridad en la que estoy ahora.

Mi fe de creer en Jesús siempre fue y es firme, lo que no tenía era los preconceptos cristianos claro, dado que no era un creyente militante.

Así introduzco este artículo.

Para expresar que es terrible vivir solo sujeto a lo que nos da “satisfacción material”.

Es indignante saber cómo rompen los anhelos, los sueños, las ilusiones a esta generación, y por último su vida, es trágico y traumático.

¡Una generación sin utopía!

En particular considero que es mil veces mejor vivir creyendo en un Dios, aunque para mucho no existe, y que me refrena de mi maldad, que una vida sin él.

El antiguo rey judío David lo dijo de esta manera: “porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos”. (en base a creer en Dios). Esto dicho en consonancia y consecuencia de la maldad y vulgaridad humana que presenciamos.

Juan Calvino le llamó: “la depravación total”, de manera que el mismo Pablo siglos antes se quejaba y llamaba “la ley interior que hay en mí que me lleva cautivo a hacer el mal que no quiero”.

Hoy sé y ustedes también que los fenómenos naturales y atmosféricos -volviendo desde donde iniciamos- las enfermedades, la desgracia en sentido general es para todos.

Ah… paradoja de la vida y aun así somos tan egoístas.

Entonces cómo explicamos con la ciencia que tenerlo todos no es seguridad, ni paz y menos gozos, que a pesar de tener eso vivimos en incertidumbre.

¿Y cómo explicamos dentro de la misma ciencia? Que las enfermedades como: depresión, inseguridad e incertidumbre; puedan tomar niños y adolescentes para llevarlos al suicidio.

¿Qué podemos esperar de la depresión, inseguridad e incertidumbre? En medio de una sociedad que ha ido sustituyendo todos los valores morales y piadosos por códigos e imágenes que no reflejan amor, piedad ni misericordia.

No crean que no sabemos y conocemos los presupuestos, conceptos y estudios realizados por los más eminentemente psiquiatras y psicólogos desde aquellos tiempos hasta hoy, en que se creó el instituto Tavistock; una desgracia humana, el daño que es para el ser humano la falta de seguridad y creencia.

¿Qué podemos esperar de la depresión, inseguridad e incertidumbre?

¿Ya se perdió la capacidad de asombro?

Lo siguiente que se puede decir es que los hombres más ricos y poderosos, tienen situaciones en que la ciencia ni el dinero les pueden solucionar.

Conocemos ejemplo de famosos millonarios y poderosos hombres que caen fulminados por un ataque al miocardio, un cáncer pancreático y/u optan por el suicidio, cito la biblia con este ejemplo:“Dios le dijo: “¡Necio! Vas a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que has trabajado?”.

Así de seguro pregunto; ¿cómo explicamos la muerte prematura de jóvenes por estar depresivos y deprimidos, aún con las garantías de sus satisfacciones materiales cubiertas?

¿Entendemos esto?

Tenemos que aprender en aras de vivir más confiado. Que la seguridad viene dada por la certeza y la certeza por la convicción y la convicción por la fe.

Y preguntarnos otra vez; ¿la seguridad, la certeza y la convicción en qué o en quién? Y allí poner nuestra fe.
Continuará……

Sobre el autor
Vive en el Bronx. N.Y.
Ex Catedrático Uasd.
Politólogo, especialidad en Administración Pública
Lcdo en Teología.
Maestría en Escritura Creativa.
Maestría en Derecho y Relaciones Internacionales.

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