Por: Rubén Moreta
Nuestro mundo es altamente globalizado, abierto e interdependiente. Los viajes de turismo, negocios e intercambios entre países se hacen tan aprisa, que han abonado el desarrollo de la pandemia. Los mayores impactos del covid 19 se dan precisamente en los grandes países ancla del modelo neoliberal: Italia, España, Alemania, Francia, Brasil, los Estados Unidos, Corea del Sur, etc.
La pandemia golpea al mundo afectando directamente a la producción, creando trastornos en la cadena de suministro y en el mercado e impactando financieramente las empresas y los mercados capitalistas. El Banco Asiático de Desarrollo estima que “el coronavirus va a suponer un retroceso para la economía global de hasta el 4,8% del PIB”. Esta misma institución sostiene en un reciente estudio que la Covid-19 supondrá un costo de entre 1,8 billones de euros a 3,8 billones.
China, donde comenzó la pandemia, podría convertirse en un gran ganador. El gigante asiático, como gran suplidor de productos terminados comienza a saborear una danza millonaria, porque a ellos les están comprando todos los enseres y aditamentos médicos para mitigar la pandemia. También avanzan rápidamente en una vacuna.
Todo el aparato productivo del mundo está seriamente lesionado por el imprescindible confinamiento de la gente en sus casas, para poder parar esta veloz pandemia que se transmite –hasta ahora- de humano a humano. Detener este coronavirus solo es posible mediante el distanciamiento social, razón por la cual la acción laboral y la economía en general están atascados.
En fin, todo el planeta se encuentra de rodillas flagelado por esta pandemia, quizás como “castigo” de la globalización.
El autor es Periodista.
