La reunión, bajo la Fórmula Arria, amplía el escenario internacional ante la demanda de atención y apoyo que formula Haití que, en la voz de su primer ministro, Ariel Henry, abogó por la asistencia de los pueblos hermanos.
Haití: La crisis política, económica y de seguridad que atraviesa el vecino Haití sigue concitando el acercamiento de los países del Caribe y africanos en procura de buscar vías de solución.
El encuentro del pasado 15 de octubre en el que el Consejo de Seguridad de la Nacionales Unidas acordó extender el mandato de la Oficina de las Naciones Unidas en Haití hasta el 15 de julio de 2022, fue organizado por Kenia, Níger, Túnez y San Vicente y las Granadinas, como presentantes de la Unión Africana y de la Comunidad del Caribe (Caricom).
La reunión, bajo la Fórmula Arria, amplía el escenario internacional ante la demanda de atención y apoyo que formula Haití que, en la voz de su primer ministro, Ariel Henry, abogó por la asistencia de los pueblos hermanos.
Henry reconoció el colapso por el que atraviesa la sociedad haitiana, también hizo referencia a la crisis política que se ahondó con el asesinato de su presidente Jovenel Moïse el 7 de julio pasado.
Señaló además la profunda crisis económica, sanitaria y de seguridad que se acrecienta con las bandas de secuestradores que tienen entre sus víctimas más recientes a un grupo de 17 estadounidenses misioneros raptados este fin de semana.
Al enfatizar su interés de que Haití recupere su democracia, el primer ministro haitiano aseguró que solo con el diálogo de todos los partidos podrá lograse la estabilidad deseada en su país.
República Dominicana, representada por su ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Álvarez, reiteró su disposición de apoyar “un diálogo político creíble, inclusivo y sostenido” en el vecino Haití.
“Uno que aborde las deudas históricas y considere los desafíos, así como las soluciones concretas para abordarlos”, dijo Álvarez que también señaló que dicho diálogo debe ser apoyado de cerca por la ONU, Caricom y la Unión Africana.
Consideró, además, que los propios haitianos, “y nadie más”, deben abrir la puerta y liderar el camino hacia las reformas necesarias que ese país necesita. Empero, afirmó que, dado el estado de anarquía en Haití en la actualidad, no se puede lograr nada hasta que se aborde primero la situación de seguridad.
