GINEBRA.- La Octava Conferencia de los Estados Parte de la Convención para el Control del Tabaco concluyó hoy con una recomendación a los países para que impongan a los productos de tabaco calentado las mismas restricciones que a los cigarrillos convencionales.
“El consumo de tabaco no debe volver a normalizarse y empezar a considerarse como un comportamiento socialmente aceptable”, dijo la responsable de la Secretaría que gestiona la aplicación de la Convención, Vera da Costa e Silva, en rueda de prensa para presentar los resultados de una semana de reuniones.
A la conferencia asistieron 1.200 delegados de los 181 países que ratificaron la Convención que, desde su entrada en vigor en 2005, ha significado un antes y un después en la lucha contra el tabaquismo.
Refiriéndose a los dispositivos de tabaco calentado, Da Costa dijo que los países deben imponerles las mismas reglas que a los cigarrillos, incluyendo la prohibición de la publicidad y de utilización en lugares públicos.
“No existe evidencia científica que permita tratar el tabaco calentado como una categoría aparte”, sostuvo.
Agregó que la industria está introduciendo en los mercados productos de tabaco que difieren unos de otros, pero que cada vez se acumula mayor evidencia científica que indica que son causantes de fuerte dependencia y enfermedades.
Da Silva recordó que analizando la historia reciente resulta obvio que los fabricantes de cigarrillos han emitido declaraciones falsas en relación a los perjuicios que fumar tiene para la salud, lo que una vez que quedó claro les llevó a incorporar los filtros y a lanzarse en los cigarrillos “light” o bajos en nicotina.
Los cigarrillos electrónicos (emisores de nicotina líquida) y los dispositivos de tabaco calentado han sido dotados de sabores que pueden hacerlos especialmente atractivos para los jóvenes.
“Considerando que contienen sabores, que son productos de alta tecnología y que la publicidad pasa por redes sociales como Instagram, YouTube o Whastap, entonces ¿a quién creemos que están dirigidos?”, declaró Da Silva a los periodistas.
En la Conferencia se tomaron además decisiones para poner fin a la infiltración de la industria en las deliberaciones en las que los países adoptan decisiones orientadas a reducir el tabaquismo.
Concretamente, se decidió que todos los participantes en la próxima Conferencia, dentro de dos años en Holanda, deberán firmar una declaración jurada de que no tienen vínculos ni representan intereses de la industria, incluyendo los delegados de gobiernos.
Una decisión que ha celebrado la ONG Corporate Accountability, que trabaja para que se haga responsables a las compañías transnacionales de sus acciones.
“Las negociaciones han estado bajo el ataque constante de la gran industria del tabaco que ha intentado perjudicarlas metiéndose en delegaciones de gobiernos, intentando influir en los participantes, haciéndose pasar como prensa”, señaló la ONG en un comunicado.
Su objetivo, agregó, siempre ha sido “demorar, debilidad o bloquear el progreso de la Convención”.
Fuente: /noticiassin.com
