Hanley Ramírez se embasó por error del campo corto con un corredor en circulación lo que permitió que los Tigres del Licey vencieran 3-2 a los Gigantes del Cibao para escalar al tercer peldaño del torneo de béisbol profesional por la copa Banco BHD.
Los Tigres, que llegaron a la octava entrada perdiendo por una carrera, aprovecharon el juego errático del equipo local para anotar las dos carreras producto de dos costosos errores que le dieron el triunfo al equipo azul.
El relevista Luis Vásquez se adjudicó el triunfo en tanto que el importado Scott Barlow fue el serpentinero derrotado con juego salvado para Jairo Asencio.
Con su triunfo, los Tigres colocaron su récord en 15-15 consolidándose en la tercera posición mientras que los Gigantes con registro de 14-16 bajaron al cuarto puesto.
Los Gigantes anotaron dos carreras en el cierre de la quinta entrada luego de un out, Garabez Rosa conectó imparable al prado derecho y fue remolcado con cuadrangular por la verja del jardín izquierdo del receptor Carlos Paulino.
En la sexta entrada, los Tigres fabricaron una carrera abriendo el episodio Emilio Bonifacio con sencillo al left, Pablo Reyes falló con toque por la vía 1-3 avanzando Bonifacio a segunda, Erick Aybar negoció boleto, Bonifacio avanzó a tercera por wild pitch, Hanley Ramírez remolcó a Bonifacio con fly de sacrificio al prado derecho.
Los Tigres se fueron arriba en la octava entrada anotando dos carreras recibiendo pelotazo el emergente Juan Francisco siendo sustituido por Erick Mejía, Emilio Bonifacio tocó perfecto por el home, Pablo Reyes realizó otro toque por tercera y en error en tiro anotó Mejía, Erick Aybar bateó para doble matanza con una línea a segunda, Hanley Ramírez se embasó por error de Hanser Alberto anotando Bonifacio.
Los mejores al bate por los Tigres fueron Pablo Reyes y Emilio Bonifacio dos inatrapables, y Yamaico Navarro un incogible.
Por los Gigantes los más destacados al madero fueron Carlos Paulino con un cuadrangular, Garabez Rosa y Hanser Alberto dos inatrapables, y Abiatal Avelino y Jose Sirí un incogible.
