Por: Pedro Antonio Mateo Ibert.
Saludos amigos y amigas.
Yo pensando en voz alta me he puesto a analizar cuando mi madre y mi padre yo pequeño me corregían con una mirada e inmediatamente si estaba haciendo algo que a ellos no les gustaba, me paraba y lo dejaba sin que ellos tuvieran que hablar más.
En estos tiempos que hablamos mucho de la delincuencia que arropa diferentes partes del país, se habla mucho de las autoridades actuales. también se hablaba de las pasadas cuando la delincuencia aumentaba. Recuerdo incluso en el último gobierno de Joaquín Balaguer, que también se le culpaba del aumento de la delincuencia o de que no controlaba la misma. Lo mismo le criticaban a Hipólito, a Leonel, a Danilo y ahora a Abinader.
Traigo a colación todo lo anterior, porque siempre he dicho que la delincuencia es culpa de los padres y madres en un 90 por ciento. El Estado y ningún gobierno tiene la culpa que usted como padre trabaje en la semana y el sábado y domingo se lo "beba" de ron y cerveza y no se ocupe de que sus hijos coman y beban leche o vayan a la escuela.
Que nadie me alegue tampoco que la pobreza es la culpable de que hayan jovencitos metidos a delincuentes, porque, de ser así, los primeros delincuentes hubiesen sido mis padres y luego le seguía yo, que me crie en la pobreza, aunque nunca pasé hambre. No hay nada más serio que un pobre cuando tiene educación hogareña y le fueron enseñadas las buenas costumbres.
También, de ser la pobreza la culpable del aumento de la delincuencia, entonces muchos ricos no robaran cuando se les presentara la oportunidad, porque no tienen la necesidad. Pero lo hacen por la falta educación hogareña y las buenas costumbres que nuestros mayores nos predicaban todos los días, mañana y tarde.
Conozco mucha gente pobre que sus hijos ningunos son delincuentes, como también conozco gente rica o adinerada que sus hijos tampoco son delincuentes, porque se han ocupado de educarlos en el camino del bien. Cuando se educa en el camino del bien y se pone el ejemplo, dando a sus hijos e hijas parte de lo que usted se gana, educándolos para que sean buenos ciudadanos, jamás se criarán delincuentes.
Yo no soy rico (de dinero) y, aunque parezca extraño, no me interesa serlo, y ninguno de mis hijos adultos y adolescentes son delincuentes. No ofenden a nadie y siempre andan derechitos.
También conozco mucha gente que igual que yo, trabaja de sol a sol, pero no son ricos y sus descendientes se comportan muy bien en la sociedad donde les ha tocado desenvolverse.
Aquellos padres que no se ocupan de que sus hijos e hijas estudien, se preparen y no les enseñan a comportarse como buenos seres humanos, esos son los culpables del aumento de la delincuencia.
Aquellos padres y madres que tienen buena posición económica y le dan todos los gustos a sus hijos, sin enseñarles que las cosas hay que ganárselas con el sudor de su frente, esos también son los culpables de la delincuencia.
Sé que el Estado tiene que implementar políticas públicas a favor de los más desposeídos, pero el Estado y ningún gobierno puede ir a la casa de cada padre y madre a decirles que deben atender a sus hijos desde pequeños con la alimentación material y espiritual, porque esos mismos padres y madres se "beben pilas de Cervezas" todos los fines de semana y una cerveza cuesta más que un Gaón de Leche de cinco litros.
Algunos me dirán que, en qué estoy pensando cuando hablo de esta manera, pero siempre digo lo que siento y trato de no hacerle daño a nadie. Por eso me hago y le hago a ustedes la siguiente pregunta:
¿Qué culpa tiene Joaquín Balaguer, Antonio Guzmán, Salvador Jorge Blanco, Leonel Fernández, Hipólito Mejía, Danilo Medina y Luís Abinader del aumento de la delincuencia en la sociedad dominicana?
Es posible que ellos, que han sido todos presidentes de la República Dominicana, ustedes me respondan que tienen la culpa. Yo no los culpo a ningunos para no personalizar el tema. Yo culpo al Estado Dominicano, pero solo en un Diez (10%) por Ciento. El otro noventa por ciento (90%) como ya dije en parte anterior de este escrito, es culpa de los padres y las madres que no se preocupan por la educación en valores de sus hijos e hijas.
Mientras los padres y las madres de la República Dominicana no entendamos que somos nosotros los que tenemos que frenar la delincuencia corrigiendo nuestros hijos e hijas y enrumbándolos por el camino correcto, la delincuencia nunca acabará.
Es que la mayoría de los padres y madres tienen los hijos sueltos, haciendo lo que les da la gana y no se ocupan de ponerle freno para que hagan las cosas de forma correcta. A los muchachos y muchachas hay que hacerles la historia de cómo nosotros nos ganábamos las cosas, hacerles saber que nada cae del cielo, que hay que tener paciencia y perseverancia y que el dinero no se consigue de la noche a la mañana.
Dejemos de culpar al Estado de todo lo que tiene que ver con la delincuencia y cada padre y padre hagamos nuestro trabajo con nuestros hijos e hijas.
Fuera de eso, todo lo demás es pura pendejada y así la delincuencia no parará.
*El autor es Ministerio Público y Profesor Universitario.
