Por: Ricardo Herrera Luna.
Leyendo una noticia sobre grupos sociales que se oponen a la explotación de una mina de oro en El Rosario, me llegó a la cabeza la pregunta: ¿Cómo es qué San Juan se desarrollará? Y la respuesta no es otra que, con la agroindustria, desde hace varios años se evidenció la necesidad de que comenzáramos a transitar otro camino, uno que haga explotar las potencialidades que la naturaleza nos legó.
No es la minería la respuesta a nuestros problemas, todo lo contrario, la experiencia nos dice que al final el capital que se ganan con nuestros recursos naturales termina en otras latitudes, muy lejanas a nuestra tierra y el progreso y el capital generados no se asoman ni cerca a nosotros, pero si heredamos un pasivo ambiental que toma generaciones poder mitigar.
El potencial de nuestra provincia se basa en la agricultura, sector primario de la economía, pero lo que nos ha faltado es darle valor agregado a toda esa materia prima que producimos y entender los productores, que debemos comenzar a salir de los rubros tradicionales que hemos plantado por generaciones a otros donde, por muchas razones, entre ellas una economía globalizada y acuerdos de libre comercio, podamos ser competitivos, esta es la única vía para que San Juan resurja de su letargo y pueda dar los primeros pasos hacia un desarrollo sostenible.
Para que eso ocurra, autoridades y ciudadanos debemos aunar esfuerzos, primero para concientizarnos todos de los retos a los que ya nos enfrentamos y sus posibles soluciones, y segundo, comenzar a tomar medidas de alto impacto que procuren el establecimiento de un nuevo modelo económico que de como resultado un circulo virtuoso, donde el capital que se genere se quede circulando en la misma provincia, provocando un alza en la demanda interna de bienes y servicios, lo que a su vez obligará a una mayor oferta por parte de las empresas, en resumidas cuentas, la gente gastará más y las empresas venderán más.
Contamos hoy en día con planes de desarrollo, que esperamos, se puedan ejecutar tal y como se ha presentado al público, de esta manera se contribuirá a plantar los cimientos de un nuevo San Juan, que revierta la tendencia negativa de crecimiento poblacional que tenemos, y dejar de enviar exiliados económicos a Santo Domingo y otras urbes del país y en el extranjero.
San Juan tiene el potencial para volver a ser una de las provincias más prosperas del país, las nuevas generaciones debemos empoderarnos para guiar ese desarrollo y colocarlo pues, a las expectativas del siglo XXI.
