Policía dominicana, ¡una de las mejores del mundo!

Por: Vladimir Reyes.

Siempre he dicho a mis amigos del mundo “teteo” que la policía dominicana es una de las más paciente y comprensible del mundo.

A mi edad y en los años que tengo visitando el país, que son casi 30, nunca he tenido un problema con el hombre gris, aunque no me gusta hacer mucho coro con ellos, porque siempre salgo perdiendo tengo muy buenos amigos en esa institución.

No me canso de ver videos en las redes sociales donde policías con y sin experiencias son ofendidos y maltratados y ellos simplemente se igualan con el agresor como si fueran dos civiles. ¿Ahora, le pagamos un salario justo al policía dominicano por su labor?

¿Ahora, le pagamos un salario justo al policía dominicano por su labor?

Sin lugar a dudas que no, el policía dominicano no gana un salario justo que pueda cubrir sus necesidades, así como las de sus familiares y es esta una de las verdaderas razones que llevan a una ínfima parte de la Policía Nacional a estar envueltos en asuntos delincuenciales y en la criminalidad.

Pero, a decir verdad, no son la mayoría de los policías los que caen en esas desviaciones aberrantes que hacen mermar la credibilidad de esa institución. El problema radica en la falta de atenciones para el policía.

Hay que recordar que los policías son fruto de la propia realidad que vive el país y no estarán ajenos al rumbo que lleva la sociedad.

En nuestro país cuando se envía a uno o varios policías a patrullar o a realizar un determinado servicio en motores solo se les entrega un galón de gasolina por el día entero sin preguntarles si tienen dinero para comer.

A esos policías no se les dan las debidas atenciones y el requerido cuidado, por lo que muchas veces buscando la forma de sobrevivir y cubrir sus necesidades se ven inmiscuidos en prácticas irregulares.

Será necesario que a la Policía Nacional a partir de la reforma policial propuesta por el presidente Luis Abinader, se le preste las mejores atenciones no solo en lo relativo a aumento salarial que también es importante, sino además en educación, valores, tecnología y principios para que la misma sea cada vez más eficiente y creíble.

Hay que recordar que en ocasiones los policías que están patrullando en las calles tienen que vivir empujando el motor asignado, debido a la falta de mantenimiento o porque se quedaron por falta de combustible. En un país que se respete, eso no puede seguir sucediendo, porque daña la credibilidad del organismo policial y porque da una imagen negativa a la sociedad y al mundo.

Por ejemplo, el vehículo asignado a mi sector en Villa Altagracia solo puede transitar en lo llano, no tiene fuerza para subir lugares altos y muchas veces si quieren llegar hasta lo alto tiene que desmontarse y empujar el vehículo por las condiciones pésimas del mismo.

El dominicano anhela y quiere una policía buena y preparada que nos proteja y que nos resuelva los problemas, eso es verdad, pero también es bueno resaltar que somos los primeros que cuando nos detienen por cualquier infracción que hallamos cometidos solemos sacar de nuestros bolsillos doscientos pesos para sobornarlos e impedir que se cumpla con la ley.

Luego cuando el policía se equivoca y comete un error que no es la generalidad somos los primeros en atacarlos y hasta tratar de llevarlos a la justica o denunciarlo a través de los medios de comunicación como lo peor del mundo.

Por esa razón estoy de acuerdo con una reforma policial que beneficie tanto al policía como a la ciudadanía, pero también debemos reeducar a la población para que respeto al agente y a su labor.

Debemos dejar esa mala cultura de querer comprar al policía cuando estamos en falta, y créanme que eso nos saldrá caro, porque en el 99% de los casos siempre estamos en falta.

Soy de los que creo que el presidente Luis Abinader debe cumplir con su promesa de reformar la policía empezando con un salario digno que le dé para vivir y sustentar a su familia.

También se debe mantener una educación abierta para que el policía siga educando si este así lo desea.

Si juzgamos a la policía cuando cometen errores como humanos que son, también debemos reconocer la labor que ejercen para mantener nuestros barrios seguros.

Mi infancia en New York

En New york donde resido eso no sucede porque el policía neoyorquino es más humano, casi no se ríe y si tiene que ponértela te la pone rápido.

En lo que tiene que ver conmigo una vez le dije a un policía de mi barrio en Brooklyn que ¿cuaal es la razón por la que a ellos nadie le queda con vida contrario a los policías de mi país, que disparan a los pies o a un brazo? Él me contestó con una muy buena explicación que ellos disparan para frenar al agresor. Ciertamente la policía americana dispara al pecho, aunque tú solo tengas un palo de escoba en las manos.

En el sector de Brooklyn donde crecí el destacamento policial de esta área, una de las más corruptas y en la cual se cometían tantas injusticias al verlas desde niño que me hizo aborrecer a la policía, ya que solían darnos golpes y nos arrestaban sin haber cometido ningún acto reñido con las leyes. Aparte de un sin número de cosas que nos hacían, que ustedes se pueden imaginar.

En cambio, el policía dominicano es como una especie de juez comunitario que resuelve los problemas en su trabajo y su entorno sectorial, además de que cuando este llega a su barrio después de su jornada habitual de trabajo, muchas veces también tiene que escuchar de los comunitarios los problemas que se presentan en el día a día y hasta buscarles salidas satisfactorias a los mismos.

De ahí que en ocasiones el agente policial en su demarcación cuando hay que salir de urgencia con un enfermo o asistir a alguien del barrio que cae preso, es el primero en ser llamado para que preste en forma de ayuda solidaria su servicio del que nunca suele negarse.

Otra cosa que habrá que reconocerle al policía dominicano, es que cuando este te ve en un barrio que se presume es peligroso te advierte del riesgo que constituye estar en ese lugar, pero al mismo tiempo con la finalidad de protegerte es capaz de escoltarte dándote una atención de príncipe. Así ha pasado conmigo cuando he estado en sectores diferentes al mío, he recibido la mano solidaria del policía.

¡Que viva la policía dominicana.

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