Por: Rubén Moreta
En pueblos y campos dominicanos suelen habitar unos especímenes políticos estrambóticos, de actuar estridente y tosco. Son elementos que desde que ostentan un “carguito” gubernamental se creen dioses poderosos, non plus ultra.
El pasado domingo apareció en la comunidad de Lavapiés, al noreste de San Juan de la Maguana, uno de esos elementos, quien queriendo exhibir su “poder” procedió a insultar, sacar su pistola y amenazar con matar al destacado periodista sanjuanero Víctor Ramón Piña Cámpora (Vicki).
El agresor, cual león en la selva, fue Edixon Mateo Quezada, alias Cadete, cónsul en Cabo Haitiano.
La razón de esa injustificable agresión fue simple: Al periodista Vicki Piña le informaron el domingo que había aterrizado un helicóptero en ese campito a traer a alguien. Como periodista se trasladó al lugar a indagar qué o a quienes trajeron en esa aeronave.
Estando en el lugar comenzó a preguntarle a lugareños sobre el particular. Unos minutos más tarde, apareció enojado como una fiera, el señor Edixon Mateo Quezada, quien comenzó a insultar y amenazar al veterano periodista.
El funcionario consular sacó su pistola para dispararle a Vicki Piña, por lo que debieron muchas personas agarrar al tal Cadete, convertido en fiera humana, antes de que acribillara al informador.
Es deplorable e inaceptable el proceder del funcionario consular en contra de un periodista que solo hacia su trabajo.
Este funcionario debe pedir perdón al comunicador y a la sociedad.
El autor es Periodista.
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Profesor yo lo que espero que usted siga en sus escritos comiéndose vivo a los perremeistas y siga defendiendo a PLD en estos próximos 4 años. Eso es solo para que confirme su’imparcialidad’ y mantenga credibilidad.
A mi como dominicano no me extraña en lo absoluto el comportamiento troglodita de ciertos funcionarios del actual gobierno. Conozco a Victor Piña de toda la vida y lo creo incapaz de faltarle el respeto a nadie. El haber perdido el poder politico y tener el cargo al borde del precipicio parece ser la causa de que las pocas neuronas que tiene ese tipo se le hayan fundido. El Ministerio Publico tiene la palabra.