Como una ola de grande dimensiones originada por una erupción volcánica submarina, apareció en la costa dominicana Ramfis Domínguez Trujillo, arrastrando todo lo que va encontrando a su paso y adquiriendo cada día más fortaleza, Muchos de los que estábamos alejados de las urnas, decepcionados por tanta corrupción y engaños, nos unimos al inesperado fenómeno.
Según la Junta Central Electoral (JCE) en las pasadas elecciones se registró, uno de los más alto índices de abstenciones electorales de las últimas décadas, alcanzando la alarmante cifra de un 31% de los dominicanos apto para ejercer el sufragio.
El tsunami Ramfis Trujillo se propaga con gran velocidad por todas partes llegando a todos los países donde hemos tenido que emigrar, empujados por la política del desfalco impuesta por la mafia morada.
Ramfis se ha convertido en una amenaza, capaz de barrer del Palacio a la manada de aves de rapiña, que surgieron desde la pobreza y solo piensan en adquirir riquezas en el menor tiempo posible, razón por la cual, han hipotecado nuestro país, para emborsillarse una parte de los préstamos.
Incrementando la deuda del sector público en un 850% en los últimos 17 años, al pasar de US$4,460 millones en el 2000 a US$42,378 millones hasta febrero de 2018, según datos presentados por el Centro de Estrategias Económicas Sostenibles.
Y es que cegado por la ambición. no pueden ver que nos están conduciendo a un callejón sin salida. Pero eso no les quita el sueño, porque en caso de que se arme la de Troya, con el botín robado se pueden ir a cualquier parte y vivir como reyes.
El auge de la candidatura presidencial del nieto de Trujillo, ha dejado a muchos de los más reconocidos luchadores antitrujillistas anonados, sin palabras para seguir enarbolando el pasado como una pantalla de heroísmo.
El tiempo no perdona, en la medida que transcurre, va transformando la mente del hombre y borrando sus más altos ideales, al punto de convertir a un fogoso revolucionario en una persona conservadora, que solo se preocupa por su propio bienestar.
Por eso muchos de los jóvenes que sufrieron tortura y encarcelamiento durante la dictadura trujillista, han sucumbidos por una tajada del pastel, aclimatandose a la atmósfera venenosa esparcida por la dictadura morada, que es peor, que la de Trujillo.
Es por ello, que muchas veces los vemos confundidos, como ocurrió en el marco de un homenaje a figuras del antitrujillismo a propósito del aniversario del nacimiento de Minerva Mirabal. En el acto el diputado Fidelio Despradel, un hombre que merece todo honor y toda gloria por sus luchas en favor de los más desposeídos.
En un dicurso donde se suponía que haría remembranza de su trayectoria antitrujillista, enfiló sus cañones en contra del nieto, diciendo las siguientes palabras:
“Las manifestaciones de apoyo del pueblo dominicano hacia ese señor, son expresiones de la rabia acumulada en la sociedad y el anhelo que existe en la República Dominicana de un Gobierno fuerte que aplique la ley y meta presos a los ladrones que desde ante del 1996 le han robado al pueblo su futuro y sus sueños. Por lo que, no son más que un desahogo de una parte del pueblo dominicano que quiere justicia y la eliminación de la corrupción y la impunidad”.
El laureado luchador antitrujillista tiene toda la razón, las acciones funestas de la clase política más antinacionalista de la historia dominicana, le abrieron las puertas de par en par a un hombre, que lleva en sus genes el nacionalismo y el coraje, que hace falta para hacer cumplir las leyes. Un reclamo constante de toda la sociedad.
El proyecto político de Ramfis se veía como una quimera, pero se ha convertido en una realidad viviente. ¿Quien iba a creer que alguien podría llegar desde el exterior y en poco tiempo convertirse en un líder aclamado dentro y fuera del país?
El caso de Ramfis es histórico, pues, nadie ha logrado tan alto nivel de popularidad en tan corto tiempo. Nadie en su primer intento por llegar al poder, ha sido visto con buenos ojos por más del 42% de la sociedad, según afirmó la encuesta Gallup.
Por: Lic. Elias Samuel Rosario Mata
Vámonos con Ramfis para acabar con esta delincuencia y corrupcion gubernativa