EE.UU: Linda Roberts, de 62 años, y Mary-Beth Tomaselli, de 63, fueron arrestadas el martes y acusadas de asesinato en primer grado en la muerte de 2015 de Anthony Tomaselli, de 85 años, según un comunicado de la Oficina del Sheriff del Condado de Pinellas, en Florida, Estados Unidos.
“Esto es en algunos aspectos, como a veces llamamos estas cosas, el asesinato perfecto, porque no hubo absolutamente ningún signo de lucha, no hay señales de juego sucio”, dijo el alguacil del condado de Pinellas, Bob Gualtieri, en una conferencia de prensa. “Tenía cáncer. Tenía demencia. Estaba gravemente enfermo … Podrían haberse salido con la suya fácilmente”.
Los oficiales fueron llamados el 6 de marzo de 2015 a una casa en Palm Harbor, donde encontraron a Anthony Tomaselli que no respondía e intentaron resucitarlo, según la policía. Fue declarado muerto por los paramédicos y no se reportaron signos de juego sucio o actividad criminal.
Las hermanas le dijeron a la policía que habían llevado a su padre a la playa y que se había quedado dormido en el sofá. Afirmaron que cuando despertaron a la mañana siguiente, descubrieron que no estaba respirando, intentaron RCP y llamaron al 911.
Debido a su avanzada edad y condición de salud, un médico declaró la causa de muerte como natural, lo que significa que no se realizó una autopsia.
Gualtieri dijo que los detectives comenzaron a investigar la muerte de Tomaselli como homicidio cuando un hombre que tenía una relación sexual con las dos hermanas informó a los detectives que tenía una grabación de Roberts confesando haber asesinado a su padre en 2015.
El hombre, que no ha sido identificado por la policía, trabajó con las autoridades para obtener grabaciones adicionales de Roberts y su hermana en relación con la muerte de su padre.
Según Gualtieri, las mujeres primero intentaron darle a su padre pastillas para dormir mezcladas con alcohol, pero eso no funcionó, así que trataron de asfixiarlo con una almohada. Cuando eso tampoco funcionó, le metieron un trapo en la garganta, le pellizcaron la nariz y le sujetaron los brazos hasta que dejó de respirar.
Mary-Beth Tomaselli también admitió que le dio pastillas para dormir a su hija adulta, que estaba en la casa esa noche, para que no fuera testigo del asesinato.
Las mujeres luego vendieron la casa de su padre y dividieron 120,000 dólares en ganancias con su hermano, quien no estuvo involucrado en el asesinato, dijo Gualtieri.
Ambas mujeres se refirieron repetidamente al asesinato como “premeditado”, y dijeron que practicaron la eutanasia a su padre porque iba a morir pronto y éste se negaba a vivir en un centro de vida asistida o asilo, según la policía.
“Es terrible que hayan puesto tanto esfuerzo y pensamiento en matar a su padre”, dijo Gualtieri. “Afortunadamente, no se salieron con la suya”.
FUENTE: diariolibre
