César Gerónimo realizará lanzamiento de honor en el partido entre Aguilas y Licey

SANTO DOMINGO (Licey.com),-César Gerónimo realizará esta tarde el lanzamiento de honor antes del primer partido de la temporada entre Aguilas y Licey en el Estadio Quisqueya Juan Marichal.

Gerónimo debutó en la Liga Dominicana en la temporada 1967-68 para los Tigres del Licey donde permaneció dieciocho temporadas y terminando con un promedio de .282.

Se encuentra entre los 10 mejores jonroneros del equipo con 17, además es segundo en juegos jugados con 681, segundo en veces al bate con 2,225, segundo en anotadas con 316, líder de dobles con 97, tercero en triples con 24, líder en remolcadas con 254.

«Quien juega pelota invernal en el país y aprende a jugar con la presión de los fanáticos, de la prensa, de los directivos de equipo, está listo para jugar en grandes ligas», sostuvo el ex-jardinero central de los Tigres del Licey.

Relató que ya siendo un veterano recibió sabios consejos de Manuel Mota, en la cueva del Licey y ahí comenzó a cambiar su estilo de bateo y su producción de inmediato aumentó en todos los órdenes.

«Mota me dijo que tenía que hacer algunos ajustes con la pierna, dejar el bate un poco hacia atrás y trabajar con la cadera y todo cambió», dijo.

Sentenció que en la temporada 1982-83 se adueñó del título de bateo en la pelota dominicana y sus producciones de jonrones y carreras empujadas.

Gerónimo fue exaltado al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano en el 1991.Durante 18 años cumplió uno de sus más anhelados sueños: jugar con los Tigres del Licey, donde se posicionó como uno de los diez mejores jonroneros y terminó con un promedio de 282.

César Francisco Gerónimo Zorrilla (nacido el 11 de marzo de 1948 en El Seibo) es un ex jardinero central que jugó en las Grandes Ligas de Béisbol. Gerónimo fue miembro de la famosa Gran Maquinaria Roja de los Rojos de Cincinnati en la década de 1970.

En 1967, Gerónimo fue firmado por los Yankees de Nueva York, quienes intentaron sin éxito hacer de él un lanzador. Dos años más tarde hizo su debut en Grandes Ligas con los Astros de Houston.

Después de la temporada de 1971, se fue a los Rojos de Cincinnati en un éxito de taquilla, junto a ocho jugadores más, entre los que estaba Joe Morgan.

Ganador de cuatro Guantes de Oro consecutivos 1974-77, Gerónimo fue el jardinero central en cinco series divisionales y en las Series Mundiales de 1975 y 1976 con el equipo de Cincinnati, en la serie anterior, atrapó la bola de Carl Yastrzemski para hacer el out final. Jugó las últimas tres temporadas de su carrera (1981-83) con los Reales de Kansas City.

En sus quince temporadas, bateó para .258, con 51 jonrones y 392 carreras impulsadas, 460 carreras anotadas, 977 hits, 161 dobles, 50 triples, y 82 bases robadas. También ocupó tuvo el “honor” de ser la víctima del ponche número 3.000 de Bob Gibson y Nolan Ryan, respectivamente.1​ “Estuve en el lugar correcto en el momento adecuado”, bromeó Gerónimo al respecto.

Su apodo era “El Jefe”, en referencia a su apellido. Gerónimo tuvo uno de los mejores brazos en las mayores. Una vez después de coger un fly a la pared del center field, lanzó la pelota para mantener a un corredor en tercera base, la pelota llegó de fly sobre la cabeza del receptor Johnny Bench.

Después de retirarse, trabajó para el equipo japonés Hiroshima Carp, como coach en su academia de béisbol dominicano.

En julio de 2008 fue exaltado al Salón de la Fama de los Rojos de Cincinnati.2

Gerónimo entró al Seminario católico de la comunidad de El Seybo a los 14 años para estudiar Sacerdocio y luego de cuatro años y algo se dio cuenta que no era su vocación y decidió salir del mismo, a pesar de que sus padres se opusieron.

Gerónimo narró que su padre, don César Gerónimo, fue su gran consejero y fue quien hizo los contactos con el estelar lanzador de los Tigres del Licey, GuayubÍn Olivo, en la década de los 60, para le buscara una persona que viera a su hijo.

Narró que su padre viajaba todos los días a Santo Domingo desde el Seybo en un carro de trabajo y visitaba mucho el hotel donde se quedaban los jugadores de los Tigres del Licey y ahí conoció a GuayubÍn Olivo.

Adujo que Olivo hizo los contactos con José- Pepé- Seda y junto a otros prospectos fueron a verlos a El Seybo, una provincia al Este de la República Dominicana.

Precisó que ese día solo lo vieron jugar defensa, no lo vieron batear y le hicieron la salvedad de que tenía que tomar más libras porque estaba muy «delgaducho» y que volvería en poco tiempo a verle.

Sostuvo que también vino un escucha boricua que pertenecía a los Mets de Nueva York a verlo y lo notó muy delgado y dijo que volvería después. Sin embargo, Seda se le adelantó y lo firmó primero.

«Me ofreció 2,000 mil dólares y como joven ilusionado le pedí que me dieran 2,500 y me dijo en tono fuerte: «No, eso es demasiado, si quiere tomas los 2,000». Y lo tomó. Expuso que jugaba softbol en ocasiones y lo que si jugaba mucho era el baloncesto. «Lo menos que jugué fue béisbol en mi tierra».

Narró que fue un «don divino» que le dio el Creador con relación a su potente brazo, su fildeo y certeza al tirar a las bases. «Siempre tuve buena dirección en tirar a las bases y siempre quería que en los juegos batearan por el jardín central para hacer lances a las bases.

«Franklin Taveras en los años 1976 con las Aguilas se me fue dos veces para tercera y me llegó, pero fue que el tercera base dejó escapar la pelota, estaba out», expuso con una amplia sonrisa.

Dice que desde joven hacia ejercicios con los ojos cerrados para llegar desde el Parque de El Seybo a su casa y viceversa y eso le ayudó mucho a la ubicación en el play.

Viajó de inmediato firmó

Cesarín declaró que viajó a los Estados Unidos a las dos semanas de firmado y fue integrado al equipo de novatos en 1967.

Apenas tuvo 10 turnos al bate, aunque si jugaba mucho a la defensa y comenzó a demostrar sus grandes dotes de fildeador, con brazo certero y con fortaleza al tirar a las bases.

Al año siguiente, en 1968, recibió más juego en clase A fuerte, pero tuvo problemas con el bateo.
En el 1969, ya en Triple A, fue reclamado bajo la «Regla 5» por los Astros de Houston, que ya sabía lo espectácular del brazo del pelotero criollo.

En 1970, los Astros lo envían en un famoso cambio a los Rojos de Cincinnati que involucró a ocho jugadores, incluyendo a Joe Morgan que pasó junto a Cesarín a los Rojos.

«Aquel cambio creó gran revuelo, ya que los fanáticos de los Rojos pensaron que Houston lo había engañado con la negociación», recordó el Inmortal del Deporte Dominicano desde 1991 y también Inmortal de los Rojos de Cincinnati desde el 2008.

Exclamó que de inmediato ese grupo de jugadores se unió a Pete Rose, a George Foster, Jhonny Bench y otros talentosos jugadores y formaron un gran equipo que de inmediato fue a los playoffs.

También el dominicano tiene el «honor» de ser la víctima del ponche número 3.000 de Bob Gibson y Nolan Ryan, respectivamente.1 «Estuve en el lugar correcto en el momento adecuado», dijo Gerónimo al respecto.

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